El crecimiento económico del gobierno de Sebastián Piñera no es casualidad
En 2010, cuando recibimos el Gobierno, había un diagnóstico compartido que el país estaba sufriendo un letargo: nos encontrábamos ante una economía que en términos netos estaba destruyendo el número de empresas, una tasa de desempleo promedio por sobre el 8%, un aumento sostenido de la burocracia estatal y una ausencia de reformas microeconómicas, con una productividad promedio negativa.
Uno de los desafíos del gobierno del Presidente Sebastián Piñera fue reimpulsar la economía y la capacidad de empresas y personas de emprender e innovar. Ante ello, el Ministerio de Economía lanzó la Agenda Impulso Competitivo, un paquete de reformas que buscaba remover trabas burocráticas y regulatorias para incentivar la libre competencia, el emprendimiento y la innovación, e impulsar la productividad de la economía. En total, la agenda contempló 100 medidas pro competitividad e inversión y el trabajo conjunto de más de 20 ministerios.
Dentro de las reformas para facilitar los negocios destacan la Ley de Empresas En Un Día, que permite crear en un portal electrónico, sin costo, una sociedad en unos pocos minutos, iniciándose a la fecha más de 27 mil nuevas empresas bajo este sistema. También, el proyecto de ley que modifica el régimen concursal, estableciendo un mecanismo moderno para que las empresas viables con problemas de liquidez puedan seguir funcionando y las insolventes puedan liquidar sus activos en un procedimiento expedito y confiable. Se suman, también, reformas que buscan reducir la burocracia para que nuestras empresas sean competitivas en un mundo globalizado, como la ley que agilizará la obtención de los permisos de construcción, y el SICEX, una ventanilla única que permite hacer electrónicamente todos los trámites de comercio exterior.
También, el Gobierno impulsó reformas relevantes para abrir la competencia en ciertos mercados. Es el caso de las telecomunicaciones, en que se estableció un sistema de portabilidad numérica, y las nuevas concesiones para operadores móviles virtuales, que han abierto la competencia en este mercado generando rebajas en las tarifas. Otras reformas son el llamado MK de la clase media, que ha obligado a la licitación de seguros de desgravamen e incendio y sismo asociados a créditos hipotecarios y la apertura del cabotaje aéreo.
Asimismo, hemos presentado una serie de proyectos de ley que deberán continuar su tramitación en el Congreso, como la reforma a los notarios y conservadores, la ley que promueve la competencia en los pagos electrónicos, el proyecto de carretera eléctrica y el de pro inversión, entre otros.
Estas acciones han llevado a que nuestro país se ubique en el lugar 34 del reporte anual Doing Business, subiendo 19 lugares desde el año 2010, lo que contrasta con los 25 puestos que se perdieron en el gobierno anterior debido a la ausencia de reformas.
Hoy entregamos un país que ha crecido en promedio sobre el 5%, que ha creado más de 260 mil nuevos emprendimientos y cerca del millón de empleos, con aumentos en las remuneraciones de cerca de un 4% real anual. Lo anterior no es casualidad. A un responsable manejo fiscal, se agrega una larga batería de reformas que han ayudado a impulsar nuestra economía y que sientan las bases para tener un país desarrollado.
Columna publicada en El Mercurio
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