Gobierno de Chile

Palabras de S.E. el Presidente de la República, al promulgar la Ley de Lobby

Santiago, 3 de Marzo de 2014

Muy buenas tardes:

Hay una contradicción, porque el origen del Estado fue una decisión libre y soberana de los ciudadanos, que son anteriores al Estado y que, en consecuencia, tienen derechos anteriores al Estado, para crear una institución que permitiera buscar y conseguir mejor el bien común.

Sin embargo, muchos autores, entre ellos Hobbes en su libro “El Leviatán”, o autores más modernos, como Octavio Paz, se refieren al Estado como “el ogro filantrópico”.

Una vez le pregunté a Octavio Paz y él decía “filantrópico, porque se supone que el Estado ayuda a la gente; ogro, porque para muchos ciudadanos, la inmensa mayoría –sostenía él-, el Estado es un ente ajeno, distante, hostil, que pone problemas”.

Siento que esa idea de un Estado que adquirió objetivos propios y que se olvidó de la razón fundamental de su creación, fue la historia, en cierta forma, del siglo XX.

Pero en este siglo XXI, los ciudadanos están recuperando el territorio perdido y están exigiendo que el Estado cumpla la labor para el cual fue creado.

Por eso hemos puesto un énfasis tan importante en modernizar el Estado a través de avanzar hacia un Estado más cercano, más transparente, más probo y más eficiente. Y el ministro Larroulet ha hecho una descripción del trabajo y el esfuerzo que tantos y tantas hemos puesto para que el Estado chileno cumpla mejor con esas cuatro condiciones.

A la salida de esta reunión les vamos a entregar un libro en que está contenido, en forma extensa y profunda, lo que ha sido la labor por modernizar el Estado, que es una labor permanente, que no termina nunca, por definición. Muchas veces la sociedad civil avanza más rápida que el Estado, y el Estado, en consecuencia, en lugar de ser un motor, un socio, se transforma en un lastre y en un freno al desarrollo de los países.

Eso es lo que hemos tratado de evitar con este gran proyecto de modernización del Estado, que el ministro Larroulet ha descrito en forma sucinta y que el libro contiene en forma más extensa y profunda.

Y dentro de ello, hoy día estamos promulgando una ley muy importante, que es la Ley de Lobby, que va a regular una actividad perfectamente legítima. De hecho, la palabra lobby viene de los tiempos de la democracia inglesa, cuando los representantes de los intereses particulares hacían espera en los lobbies de los miembros de la Cámara de los Comunes, para hacer presente sus observaciones. Y después, por supuesto, el lobby adquirió su mayoría de edad y su plenitud en la democracia americana, donde está perfectamente regulado.

Sin embargo, en Chile no había ninguna regulación. Durante 10 años intentamos regularlo y muchas veces veíamos con desazón que el lobby le había ganado la batalla a la Ley de Lobby.

Hoy día, finalmente, esta Ley de Lobby está viendo la luz del Sol, y es bueno, porque hace una actividad legítima, una actividad más transparente y, en consecuencia, al servicio del bien común. Porque después de todo, la transparencia es un elemento central. No hay mejor policía que el alumbrado público, no hay mejor desinfectante que la luz solar.

Y, por tanto, al promulgar esta Ley de Lobby, cosa que haremos en algunos instantes más, estamos dando un gran paso adelante para que el Estado vuelva a ser esa institución transparente, cercana, proba y eficiente al servicio de los ciudadanos.

Por todo eso, agradezco el aporte que muchos de ustedes han hecho a este proyecto de ley, los que han trabajado en modernizar nuestro Estado, veo aquí a don Rafael Ariztía, a los parlamentarios que también han ayudado a perfeccionar este proyecto y, por supuesto, quiero agradecer en forma muy especial el liderazgo del ministro Cristián Larroulet y el liderazgo del ministro Andrés Chadwick, sin cuyo aporte y contribución hoy día no estaríamos dando este importante paso para que Chile sea un mejor país y para que todos tengamos en nuestro país mejores oportunidades, con un Estado al servicio de la gente y no al revés.

Muchas gracias.