Inauguración Liceo Bicentenario Óscar Castro
Palabras de S.E. el Presidente de la República, en inauguración Liceo Bicentenario Óscar Castro
Rancagua, 6 de Marzo de 2014
Muy buenas tardes:
Este Liceo tiene mucha historia, de hecho, nació en los tiempos del Presidente Bulnes, como Liceo de Hombres de Rancagua, pero ha ido evolucionando, enfrentando terremotos y adversidades, y hoy día nace con más fuerza que nunca y, además, rodeado por una representación de todos los liceos de esta Región del Libertador Bernardo O’Higgins.
¿Por qué hemos puesto tanto esfuerzo, tanta dedicación y tantos recursos para construir liceos como este Liceo Oscar Castro?
Porque la verdad que todos sabemos, y los padres y las madres lo saben mejor que nadie, lo que más quiere un padre y una madre es que sus hijos tengan una vida mejor que la que tuvieron ellos mismos.
He visto en mis recorridos por Chile, cómo los padres y las madres están dispuestos a cualquier sacrificio, a cualquier privación, con tal de que sus hijos tengan esa vida mejor.
Y sabemos también que en esta sociedad moderna, del conocimiento y la información, lo más importante que los padres pueden legar a sus hijos, además del amor, la formación, los valores, es una buena educación.
Una buena educación es como quitarse la venda de los ojos y poder mirar, ver, aprender, entender el mundo que nos rodea y poder así desarrollar en plenitud los talentos que Dios nos dio.
Una mala educación es como sembrar un árbol en un macetero, por muy promisorio que sean las aptitudes y las capacidades, la mala educación los va a limitar, como el macetero restringe la capacidad de crecer y desarrollarse de ese árbol.
Por eso una de las prioridades fundamentales de nuestro Gobierno fue hacer todo lo que fuere necesario para darle a nuestros niños, a nuestros jóvenes, una buena educación.
Por eso hemos hecho un enorme esfuerzo para mejorar la calidad, el financiamiento, el acceso, en todos los niveles de la educación, no solamente en la educación superior, que muchas veces concentra toda la atención, también en la educación escolar, como lo refleja este Liceo Oscar Castro.
Por supuesto en la educación parvularia y preescolar, porque ustedes saben muy bien, si esperamos hasta que los niños lleguen a la educación escolar, seis años, muchas veces las diferencias, las carencias producto de debilidades o vulnerabilidades de sus hogares, se hacen irreversibles cuando el niño tiene seis años. Por eso nuestra preocupación por los niños desde su más temprana infancia. Aun cuando esos niños, sabemos, no votan, no protestan, no marchan, pero siempre han estado en el corazón de nuestro Gobierno.
Por eso nos sentimos hoy día contentos, por ejemplo, de haber aprobado el posnatal de seis meses, para que en esos primeros seis meses de vida, cuando se desarrolla la inteligencia, el carácter, la mente y el corazón de nuestros niños, tengan lo que más necesitan en esos primeros seis meses de vida, que son sus padres, y especialmente su madre.
Por eso nuestra preocupación por extender el beneficio de la sala cuna a todas la mujeres trabajadoras, para que los niños tengan esa oportunidad de iniciar la educación desde la más temprana infancia.
Por eso nuestra preocupación por dar y garantizar una educación preescolar universal, gratuita y de calidad a todos nuestros niños. Y así, también con la educación escolar.
Por eso reinaugurar hoy día este maravilloso Liceo Oscar Castro, que además nos recuerda a un gran poeta, cuyos poemas, algunos de sus poemas pudimos apreciar en el frontis de este Liceo, es un motivo de particular alegría y orgullo.
Finalmente, quiero decirle a todos los estudiantes, que hemos hecho un esfuerzo inmenso porque ustedes tengan un Liceo que no tiene nada que envidiarle a ningún otro liceo, con buenas salas de clase, con buena tecnología, con buena infraestructura, con buen lugar donde practicar deportes. Además, hemos hecho un enorme esfuerzo por dotar de más herramientas, más motivaciones a nuestros profesores, porque los profesores son fundamentales, y especialmente quien ejerce el liderazgo, que en este caso es nuestra directora.
Hemos hecho un enorme esfuerzo también por comprometer a toda la comunidad con el proceso de enseñanza.
Pero hay dos sectores, dos grupos que son absolutamente irreemplazables, y que son protagonistas de este proceso educacional. Primero, los padres y apoderados. Un padre y apoderado que se preocupa de la educación de sus hijos, hace la diferencia. Pero después, los alumnos, ustedes. Quiero recordarles que se trata de su vida, su futuro, se trata de sus oportunidades, de sus capacidades para desarrollar los talentos.
Por eso les pido que se involucren, se comprometan. La educación no es una carga, no es una obligación, es una tremenda oportunidad de crecer, de aprender, de entender el mundo que nos rodea y de poder desarrollarse en plenitud.
Por eso los invito a que aprovechen esta maravillosa infraestructura, este maravilloso Liceo Oscar Castro, para que sean no solamente mejores personas, sino que también para que aprendan a entender, a comprender y puedan aportar al mundo que nos rodea.
Quiero terminar estas palabras agradeciendo y felicitando a la señora directora, también tenemos al intendente subrogante, que fue también director de este Liceo, y de forma muy especial a la ministra de Educación y al subsecretario de Educación, porque he visto a lo largo de estos años su compromiso, su amor, su vocación, su entrega, su inteligencia puestos al servicio de la educación de nuestros niños. Y eso, sin duda, está dando frutos fecundos.
¡Viva este Liceo Oscar Castro, viva esta Región del Libertador, viva Chile! y que dios los bendiga.