Cristóbal Lira, Secretario Ejecutivo del Comité de Emergencia: “Me produjo una gran satisfacción ver que las cosas se iban logrando”
Domingo. Mes de marzo, 6 de la tarde, y una de las salas de reuniones del ministerio del Interior está en pleno proceso de trabajo. Como todos los fines de semana de los primeros dos meses después del terremoto del 27 de febrero, el Comité de Emergencia, liderado por Cristóbal Lira, analizaba los avances y las necesidades de los damnificados de las zonas de catástrofe. Y es que nunca antes nuestro país se había enfrentado a una situación como esta y el trabajo superaba la cantidad de horas que podía entregar una semana laboral.
El quinto mayor sismo registrado en la historia de la humanidad, dejó 4 regiones en mal estado y a una población con sus necesidades básicas pendiendo de un hilo. Trescientas setenta mil viviendas fueron destruidas o dañadas, al igual que 73 hospitales, más de 4 mil escuelas y 221 puentes. Hoy, a 5 meses del terremoto, Lira realiza un balance en el que además de arduo trabajo y momentos difíciles, encontró logros, como las más de 75 mil viviendas de emergencia que entregaron a las familias damnificadas.
¿Cómo se planificaron los tiempos de trabajo del Comité de Emergencia?
La forma de trabajo del Presidente es con fechas. Todos los proyectos tienen un objetivo y un plazo. Al primer periodo lo llamamos Emergencia Inmediata, que contó con el rescate de la gente, la restauración de los servicios básicos y la alimentación. Posteriormente vino la Emergencia de Invierno, donde la meta era tener a todos los damnificados con una casa antes del 11 de junio. Esto no solamente contemplaba las viviendas, sino las Aldeas y el tener a la gente trasladada en sus viviendas ya terminadas, con aislación e impermeabilización.
¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrentó el Comité?
Siempre es muy difícil hacer un buen diagnóstico, saber cuánto es el déficit de viviendas, la cantidad de casas destruidas o parcialmente destruidas. Hicimos un catastro Alfa a través de las municipalidades y otro a través del ministerio de Vivienda, hicimos encuestas y nos demoramos unas semanas en realmente tener un verdadero diagnóstico de cuál era la situación real después de la catástrofe. Fue un desafío juntar a la gente adecuada para enfrentar la emergencia y lograr la coordinación con las distintas autoridades. Especialmente a nivel de los municipios fue muy complejo, había algunos que estaban muy sobrepasados y se hacía complicada la coordinación.
Por otro lado, había que montar en Chile la producción de viviendas de emergencia. Teníamos al Hogar de Cristo que estaba copado con las 20 mil mediaguas que había ofrecido para la Teletón y ya tenían a todos sus proveedores comprometidos con la entrega de esa cantidad. Nosotros tuvimos que encontrar nuevos proveedores y llegamos a tener 100 empresas y microempresas fabricantes de viviendas de emergencias. Tomó alrededor de 2 o 3 semanas que se montaran y alrededor de un mes y medio en que se empezaran a entregar. Nosotros comenzamos realmente a recibir en forma masiva las viviendas de emergencia a partir de las primeras semanas de abril. Una vez que ocurrió esto, el Ejército se dedicó a levantarlas.
¿Cuál fue la labor del Ejército?
Logramos levantar 900 casas diarias, lo que fue un verdadero record dado el despliegue de gente que había a lo largo de toda la zona afectada. El Ejército desplegó un General en cada región, un Coronel en cada provincia, un Mayor en cada comuna y un Teniente en cada localidad. Eso nos permitió contar con una organización y con mucha información respecto de lo que estaba sucediendo día a día relacionado a la emergencia.
Uno de los puntos más importantes del Comité era enfrentar el invierno, ¿cómo se llegó al 11 de junio?
En un principio nosotros teníamos el compromiso de hacer 20 mil viviendas adicionales a las 20 mil que hacía Un Techo para Chile. Eso lo completamos bastante antes del 11 de junio. En esa fecha anunciamos alrededor de 50 mil en todo Chile, superando ampliamente la meta. Pero nos dimos cuenta de varias cosas. Las réplicas fueron destruyendo más casas de las que había en los primeros catastros. Las lluvias, también. Además, mucha gente que estaba de allegada, optó por un camino propio para de esa forma conseguir su casa.
Por otro lado, existía una sensación en la población de que les íbamos a entregar la casa definitiva más rápido si es que pasaban por una vivienda de emergencia primero, lo que no necesariamente es así. El hecho de demostrar que uno es damnificado del terremoto basta y sobra para postular a una casa. Ya se han presentado más de 160 mil familias con sus papeles, más de 40 mil han postulado a subsidios y ya se han adjudicado más de 22 mil de éstos. Todos estos fenómenos han hecho que el número de viviendas crezca.
A un mes del terremoto se habían entregado más de 250 mil cajas de alimentos, ¿hasta qué momento se entregaron cajas?
La alimentación fue muy importante en la primera etapa y en la medida que iba pasando el tiempo fuimos reduciéndola. Llegamos a entregar 20 mil cajas diarias, las que llamamos 4×4, para 4 días, para 4 personas. Pero la emergencia también debía contemplar la normalización, y eso significó que empezaran a funcionar los almacenes, la economía de las regiones y los distintos poblados. En la medida en que nosotros no hiciéramos eso, era complejo para la subsistencia de todo el sistema de abastecimiento local. Fuimos cortando de a 20% cada 10 días, aproximadamente. En la tercera semana de abril, terminamos la alimentación.
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¿Cómo se formó el Comité de Emergencia?
Cristóbal Lira relata cómo se gestó este comité y de qué forma se reunió a los integrantes que enfrentarían la emergencia.
¿Cuáles fueron las primeras medidas implementadas?
Un diagnóstico de la situación del país y la estructuración de equipos de trabajo fue el primer paso para la entrega de ayuda a los damnificados.
¿Cuál fue la ayuda para quienes lo perdieron todo?
El programa Aldeas beneficia a familias cuyas viviendas son declaradas inhabitables o fueron destruidas por la catástrofe del 27 de febrero.
Balance del trabajo del Comité de Emergencia
A casi cinco meses de comenzada la labor del comité, su Secretario Ejecutivo repasa los principales avances alcanzados.
En términos personales, ¿cómo fue la experiencia de liderar este comité?
Cristóbal Lira explica cómo fue enfrentarse a este desafío y las satisfacciones que recibió al ir obteniendo resultados positivos en las distintas áreas.